sábado, 14 de marzo de 2015

De palabra...

Cuantas noches interminables me preceden y cuantas me esperan. Tantas horas vacías, repletas de sinvivires y sinsentidos, sin razón alguna por la que sacarlos a la luz. Quizá solo el aburrimiento desate la lengua y anude firme la soga de la vergüenza. Quizá mis horas muertas revivan mientras duermo, razón por la que añoro en sueños momentos en los que aún estoy despierto.
Comenzaré pues, a relatar las vivencias que a media noche me desvelan, con fina prosa y ritmos matutinos. Al son de un café ya frío atentaré contra mi privacidad dejando al descubierto vestigios de un pasado que no olvido. Y cada atardecer cuando la inspiración se desvanezca me quedaré esperando impaciente a que vuelva con la intención de abrirme camino.

Sera mi pequeño cometido, otro más que terminaré antes si quiera de empezar a escribirlo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario