martes, 10 de febrero de 2015

Mañana por la mañana.

La sabana a la cabeza con los pies al descubierto. La almohada en el suelo junto al edredón y plumas sueltas. Ojeras.

Tumbate que no pararás quieto. Cuenta ovejas si las encuentras. Duermete, pero no descanses. Y levanta que tienes sueño. ¿Verdad? La persiana te delata, las cortinas te ensombrecen. El sol te busca. ¿No crees? Los pantalones bajo la cama, la camisa sobre la silla y un calcetín perdido. Tu móvil descargado se ilumina. Él tiempo se relentiza tirado en el colchón. ¡Despierta!

Los ojos quieren pero no se abren. La boca mastica el aire, traga. Los músculos se estiran, despiertan, menos tú. Tú no. Tú te vas a quedar dormitando durante horas para acabar diciendo: "No volveré a beber..."

No hay comentarios:

Publicar un comentario